Otro de los aspectos escandalosos en el fútbol es la colocación de la barrera cuando el árbitro pita una falta directa o indirecta cerca del área rival. Estamos en el siglo XXI y este aspecto del fútbol hoy en día yo diría que es de auténtico cachondeo.
Me explicaré bien.
No hay nada más bonito en el fútbol que un gol logrado en una falta directa o indirecta. La filosofía del fútbol y el juego limpio dentro del fútbol deben de favorecer este tipo de goles.
En una falta, el jugador más próximo del equipo contrario debe de estar a una distancia de 9,15 metros. Pues bien, resulta que hay personas en este mundo que están capacitadas fisiológicamente para saber y medir que desde un punto a otro hay exactamente 9,15 metros sin utilizar ningún medio de medida, sin utilizar el instrumento de medida llamado “metro”. Esas personas son los árbitros de fútbol.
Y ahora les ruego que no me vengan con las mismas tonterías de siempre, con la palabrería barata que sólo sirve para convencer a los necios. Que sí se puede medir con los pasos de una persona, que si las rayas del campo pueden ayudar, etc, etc… Absurdas banalidades más propias de tramposos que de personas serias.
A nadie se le ocurre ir a una carnicería y pedir un kilo de filetes de ternera y que el carnicero corte la carne, la pese con la mano y le diga al cliente: aquí tiene el kilo. ¿Usted compraría esa carne, sin que el carnicero la haya pesado? Como este ejemplo se podrían poner cien mil más. Sólo los Conservadores del fútbol son tan “………” que pueden defender públicamente que un árbitro de fútbol está capacitado para saber dónde están exactamente los 9,15 metros.
Esta regla sólo favorece a los equipos mediocres. Los mejores equipos son los que tienen a los jugadores que más habilidad tienen para tirar una falta. Pues bien, los jugadores contrarios normalmente adelantan su posición y cuando la falta se lanza, la barrera puede estar a 7 u 8 metros, nunca a 9,15 m. Y eso, cuando el árbitro haya tenido la habilidad de colocarla a 9,15 metros.
Parece que el fútbol lo diseñó una o varias personas que pretendían que el árbitro fuera el “personaje malo” dentro de un terreno de juego. Muchas de las reglas del fútbol perjudican con gran evidencia a la figura del árbitro. Lo malo de este sistema es que los árbitros acatan todo.
Pero, bueno, es mejor acatar toda la parafernalia del fútbol con humor. Cada día, todas las personas del mundo utilizamos un sistema de medida para algo en concreto, aunque sólo sea un vaso para medir la cantidad de agua. Yo desde aquí propondría dejar de utilizar los complejos sistemas de medida. Si un árbitro puede medir 9,15 metros dando pasos, si continúa andando y camina unos millones de pasos más, podría medir la distancia exacta desde París a Roma.
Esto del fútbol, a veces puede ser de risa, por no utilizar otro calificativo. Obligan a los árbitros a “ver un fuera de juego”, a medir 9,15 metros sin utilizar un metro, y nadie se escandaliza. ¿Qué pensarán de nosotros en el siglo XXII cuando todas estas tonterías hayan desaparecido?
Como dicen los de siempre. Y, entonces, ¿de qué hablaríamos?
¿Quieren la respuesta? De fútbol, no de los beneficios que obtienen los tramposos dentro de un terreno de juego.
Another of the scandalous aspects in football (soccer) is the positioning of the barrier when the referee toots a direct or indirect free kick near the rival area. We are in century XXI and this aspect of football nowadays I would say that it is of authentic joke.
I will explain you well.
It does not have nothing else pretty in the football that a goal obtained in one free kick direct or indirect. The philosophy of football and the fair play within football must favour this type of goals.
In one free kick, the next football player of the opposite team must be to a distance of 9.15 meters. Then, it is that there are people in this world who are enabled physiologically to know and to measure that from a point to another one there are exactly 9.15 meters without using no means of measurement, without using the called instrument of measurement “meter”. Those people are the football referees.
And now I request to them that they do not come to me with the same trivialities from always, with the cheap wordiness that only serves to convince the fools. That yes it is possible to be measured with the steps of a person, who if the rays of the field of play can help, etc, etc… Absurd trivialities, own of cheaters than of serious people.
To anybody it is happened to him to go to a butcher's and to request a kilo of veal fillets and that the butcher cuts the meat, he weighs it with the hand and he says to the client: here you has the kilo. Do you would buy that meat, without the butcher is it weighed? As this example one hundred thousand more could be put. Only the Conservatives of football are so “.........” that they can defend publicly, that a football referee is enabled to know where they are exactly the 9.15 meters.
This rule only favours to the mediocre team. The best team is those than they have the players whom more ability they have to throw a free kick. Then, the opposite football players normally advance their position and when the free kick is sent, the barrier can be to 7 or 8 meters, never to 9.15 meters. And that, when the referee has had the ability to place it to 9.15 meters.
It seems that football is designed for one or several people whom they tried that the referee was the “bad person” within a field of play. Many of the rules of football harm with great evidence the figure of the referee. The bad thing of this system is that the referees accept everything.
But, good, he is better to accept all the equipment of football with humour. Every day, all the people of the world we used a system of measurement for something in particular, although it is only a glass to measure the amount of water. From here, I would propose to let use the complex systems of measurement. If a referee can measure 9.15 meters giving steps, if he continues walking and he walks million steps more, he could measure the exact distance from Paris to Rome.
This of football sometimes can be of laughter, not to use another qualifying. They force the referees “to see an offside”, to measure 9.15 meters without using a meter, and nobody is scandalized. What will think of us about century XXII when all these trivialities have disappeared?
As they say those of always. And, then, of what we would speak?
Do you want the answer? Of football. Not of the benefits that the cheaters within a field of play obtain.